El gato necesita su propio espacio, que debes respetar para una adecuada convivencia. Es un ser muy independiente, muy distinto al perro.
Controla sus emociones mejor que los humanos, es más ágil que cualquier otro animal doméstico, es autosuficiente.
El gato considera que él es el dueño de la casa donde cohabita con el ser humano. Cuando se frota contra ti, es porque te está marcando como parte de su territorio.
Lo que es innegable es que el gato busca nuestro cariño, nuestras caricias, nuestra compañía y nuestro amor. Eso sí, sólo cuando a él le apetezca.
La capacidad de encariñarse con el amo, depende directamente de lo que éste haga para ganarse su cariño, de cómo le trate y le proporcione alimento y abrigo.
El lazo que crea con su amo, llega a ser tan fuerte y de tal compenetración, que echa por tierra cualquier duda al respecto.
Por esto, queremos tanto a este pequeño felino, lo cuidamos y tratamos de educar. Como recompensa, el gato nos regala momentos de lo más enternecedores y divertidos.
Gatito
La llegada del gatito a casa. Qué accesorios comprar
Lo más aconsejable es llevar al gatito a casa cuando se encuentre entre la doce y la catorce semana de edad. En este momento es cuando ya se ha producido el destete, y a cumplido su
calendario de vacunaciones, Todavía no se siente especialmente ligado al lugar donde ha nacido y se encuentra en un buen momento para adaptarse a su nuevo hogar sin complicaciones.
Es aconsejable que el gatito llegue a la casa cuando no se tengan demasiadas obligaciones, fin de semana o en unos días de vacaciones. De esta forma, vamos a disponer de más tiempo para
dedicarle, gozaremos de más tranquilidad para conocerle y para que él se adapte a los nuevos hábitos. No nos dejemos llevar por el entusiasmo de la novedad ni le sobrecarguemos con juegos y
diversión, es muy pequeñito todavía y necesita siestas y reposo.
Es importante tener los accesorios más imprescindibles antes de que llegue a casa, de esta forma podremos disfrutar plenamente de las primeras horas que vamos a pasar con nuestro nuevo amigo. No
debemos preocuparnos en exceso, porque el gatito no va requerir un exceso de utensilios:
Cesta transportadora o transportín. Los más habituales son de plástico y metal tipo rejilla, aunque también los hay de
madera y de cartón plastificado. Lo más práctico es inclinarse por uno que se pueda limpiar fácilmente y que sea lo suficientemente espacioso como para que el gato, una vez adulto, pueda
ponerse en pie y no le resulte dificultoso darse la vuelta. Es importante fijarse en que tenga una buena ventilación, que el gatito pueda ver hacia fuera para que no se sienta atrapado y en
la base de la cesta coloca una toalla o, al menos, un empapador que pueda absorber cualquier suciedad. No prescindamos de este accesorio pues nos va a resultar de gran utilidad siempre
que sea necesario transportar al gato a algún lugar o llevarlo en el coche.
Cajón o bandeja para evacuaciones: una de las
ventajas de los gatitos es que son animales limpios que no nos van a obligar a estar constantemente pendiente de sus evacuaciones. Tan sólo tendremos que preocuparnos de que su cajón o
bandeja de deposiciones permanezca limpio, ya que ellos mismos no querrán utilizarlos si están sucios o huelen mal. Lo mejor es optar por una bandeja lo suficientemente grande como para que
el gatito quepa una vez adulto y lo suficientemente profunda como para que no tire la arena cuando escarbe. A los gatitos, hasta que se acostumbran a su bandeja o cajón, les resulta un tanto
incómodo acceder a ella, por lo que algunas personas optan por ponerles unas bandejas de lados bajos que les permite entrar con facilidad. Una vez el gatito ha crecido se las cambian por las
convencionales. De cualquier forma, lo importante es que sean fáciles de limpiar ya que de esta manera nos evitaremos molestias.
Arena para evacuaciones. Hay quien prefiere utilizar
serrín o tiras de papel con el fin de evitar gastos. Estos materiales suelen ser más sucios y evitan poco los olores. Lo más adecuado y práctico es optar por las arenas específicas para este
fin. Son un poco más caras pero absorben más, ensucian menos y evitan en mayor medida los olores. A la hora de limpiar la bandeja no olvidemos utilizar una palita especial para retirar la
arena sucia. Es necesario limpiar bien la bandeja con agua y jabón aproximadamente cada dos días y no utilizar desinfectantes muy fuertes ya que podrían afectar el olfato del
gatito.
La cama. Es necesario preparar un lugar indicado
para el descanso del gatito. Existen camas de fibra de vidrio fáciles de limpiar, o una caseta especial para gatos de materiales blandos y flexibles con abertura frontal que le aisle de
corrientes de aire o un simple almohadón con una funda lavable. Estos elementos además le proporcionarán calor. Procuremos ponerle en un lugar tranquilo y mantenerlo, en
la medida de lo posible, siempre en el mismo sitio.
Recipientes para el agua y la comida. Al elegirlos
no debemos olvidar que sean fáciles de limpiar y que sean lo suficientemente pesados como para que el gatito no los vuelque. Los menos recomendables son los de plástico. Además, este material
produce alergia a algunos gatitos. Es bueno optar por recipientes de acero inoxidable o por los de cerámica. Limpiémoslos frecuentemente con agua caliente y jabón y, sobre todo, no debemos
olvidar mantenerlos separados de la vajilla normal de la casa.
Rascador o poste para arañar. Quizá no pensemos que
nuestro gatito necesite este artilugio, pero lo cierto es que si se habitúa a utilizarlo nos evitará problemas y posibles enfados. Y no es que los gatitos tengan que afilarse las uñas, como
mantienen las creencias populares, sino que les gusta realizar estiramientos, frotarse como acto de limpieza y para ello necesitan un soporte.
El rascador debe ser lo suficientemente grande como para que sirva al gatito cuando sea adulto y que esté bien sujeto con el fin de que
aguante los movimientos del gato.
Collar, arnés y correa. Quizá sorprenda saber que si habituamos a nuestro gatito a llevar correa cuando comienza a salir a
la calle, más de uno lo aceptará con toda la naturalidad. Al parecer, algunas razas como los siameses, llegan a congeniar con este accesorio mejor que otras. Es una alternativa muy ventajosa
para quien vive en una zona muy transitada de la ciudad y no quiere que el gato se mantenga siempre dentro de la casa. Ahora bien, es mejor desistir de la idea si no se le habituó desde una
edad temprana ya que un gato adulto nunca aceptará una correa. Si nos decidimos a probar esta posibilidad con nuestro gatito, es más recomendable el arnés a la correa ya que le proporciona
una mayor movilidad.
Utensilios de aseo. Es muy importante habituar al
gatito a un aseo regular desde una edad temprana, sobre todo si es de pelo largo, aunque, por supuesto, no hay que relajarse con los de pelo corto. Es necesario contar con un peine para
pulgas que permita retirar los pelos muertos. También es muy útil una piel de gamuza natural para reforzar la tarea del peine. Si el gatito es de pelo largo es preferible elegir un cepillo
específico. No esperemos a que el pelo se encuentre muy enredado y peinarlo se convierta en algo doloroso para el animalito. Si se resiste al cepillado, hagámoslo regular y progresivamente
hasta que se acostumbre a esta nueva actividad que vamos a mantener con él. Con el tiempo nos lo agradecerá.
Juguetes. El juego es una actividad esencial para
nuestro gatito y, además, nos va a permitir establecer una relación más íntima con él. Es muy importante para el gatito acceder a utensilios con los que jugar.
En cuanto el gatito llegue a casa le mostraremos sus utensilios: la bandeja de arena, los recipientes para la comida y el agua, su cama y su rascador. Es importante que estos dos últimos estén
próximos ya que así el gatito utilizará el rascador cuando se levante de sus ratos de reposo.
Protegiendo el hogar de nuestro gatito
Para un gatito curioso y aventurero por naturaleza la casa se puede convertir en un atractivo lugar para explorar que, por otra parte, no está exento de peligros. Por ello, es necesario tomar
unas mínimas precauciones que eviten males mayores.
En la cocina. Especial atención con ollas que puedan
derramarse, puertas abiertas de ciertos electrodomésticos como la lavadora, la secadora o el horno, que pueden atraer al gatito por su calor; armarios con productos de limpieza como lejía,
desinfectantes, detergentes o insecticidas. Hay que tener especial cuidado si le caen en el pelo, ya que el gatito puede luego lamerse y son muy tóxicos. Los líquidos anticongelantes les
pueden resultar muy atractivos, ya que estos productos contienen glicol de etileno, una sustancia de sabor dulce y muy agradable al paladar de muchos gatitos, pero desgraciadamente también
muy venenoso. También debemos tener cuidado de que no acceda al cubo de la basura ya que, además de encontrar restos de los productos señalados, pueden ingerir huesos pequeños que se atoren
en su garganta. Además, se pueden encontrar con restos de plásticos, en especial con los que unen las latas de bebidas en los que pueden quedar atrapados.
En el salón. Hay que poner especial atención a los
cables eléctricos ya que a algunos gatitos les puede gustar masticarlos con el consiguiente peligro que implica. Es importante mantenerlos atados y cortos con el fin de evitar cualquier
riesgo. Evitemos tener objetos débilmente apoyados o estantes repletos de preciosos adornos. Evitemos además las chimeneas desprovistas de resguardos y pongamos especial atención en las
estufas encendidas.
En el cuarto de baño. Mantener la tapa del water siempre bajada, ya que los gatitos podrían intentar beber el agua del
mismo y quedarse atrapados si la tapa se baja. Los medicamentos deben estar en un lugar seguro, incluso los que se consideran en teoría más inofensivos como la aspirina, ya que son peligrosos
para el gatito.
En los dormitorios. Los cajones, baúles y armarios
deben mantenerse cerrados ya que les gustan los lugares tranquilos y oscuros y podrían quedarse atrapados en ellos.
En el jardín o, simplemente, si hay plantas en casa.
Hay una gran variedad que pueden resultarles venenosas si las mastican. Consultemos con nuestro veterinario y evitemos tenerlas.
En el garaje. Antes de encender el motor es
conveniente tocar la bocina y comprobar que el gatito no se encuentra encima del capó. Para ellos se trata de un lugar muy atractivo por el calor que desprende.
Alimentación
El primer año de vida es esencial en el desarrollo del gatito. Crece rápidamente y por ello debe contar con la alimentación más adecuada. Lo normal es que el peso de un gatito normal se triplica
durante las tres primeras semanas y a las 20 semanas haya aumentado, respecto al que tenía en el nacimiento, un 2.000%. Por ello necesita una nutrición que le garantice el correcto desarrollo de
su estructura ósea, de la musculatura y de los sistemas nerviosos y circulatorios, así como del resto de sus órganos.
Hay que tener en cuenta que un gatito, dado el tamaño de su estómago, ingiere pequeñas
cantidades de alimento, pero esas porciones de comida deben contar con los aportes nutricionales y calóricos necesarios y adecuados para esta etapa de su crecimiento. Los gatitos deben ingerir
cantidades cuidadosamente equilibradas de proteína, carbohidratos, fibras, vitaminas y minerales. La mejor forma de cumplir con estos requisitos es proporcionarles la comida que se vende
específicamente para gatitos, especialmente formulada para cubrir sus necesidades. Si alimentamos a nuestro gatito con una comida especialmente formulada para cubrir sus necesidades, de las que
se comercializan en el mercado, no será necesario darle ningún suplemento vitamínico.
En la etiqueta de la alimentación debe aparecer especificados los ingredientes del producto, así como un análisis de sus nutrientes: niveles mínimos de grasa, proteína bruta, máximos de fibra
bruta y humedad. Asimismo, en la misma se debe aclarar para qué etapa del crecimiento del gatito está recomendado el producto y si aporta la cantidad necesaria de nutrientes, vitaminas y
minerales. También debe detallar si se necesitan suplementos extras además de la dosis indicada para mantener una correcta alimentación.
Su espacio para comer
Se debe elegir un lugar adecuado donde poner los recipientes para el agua y la comida y respetar siempre el mismo emplazamiento. Lo más adecuado es optar por un lugar tranquilo y poco transitado
de la casa, que le garantice seguridad y facilidad de acceso.
Mantengamos sus recipientes para la comida y el agua limpios. La mayoría de los gatos sólo comen alimento fresco y en buen estado, por lo que rechazan el olor de la comida rancia.
A los siete meses ya habrá cambiado todos los dientes de leche por lo que se le podrán ofrecer alimentos secos, que además ayudan a ejercitar los dientes. Si optamos por este tipo de comida
debemos aseguraros que bebe una cantidad suficiente de agua.
Respecto a las raciones, podemos consultar las latas y bolsas de comida, en ellas aparece la porción de alimento adecuada que debemos ofrecer a nuestro gatito en cada etapa de su crecimiento.
Cuando el gatito llegue a casa por primera vez puede acusar el cambio y una de las primeras medidas para que no se sienta desorientado o inquieto es no cambiarle, en la medida de lo posible, los
hábitos alimenticios. Los especialistas recomiendan que durante los primeros 10 días mantengamos la alimentación y que, gradualmente, le vayamos introduciendo los cambios en la dieta. Es
importante tener presente esta regla cuando el gatito pase a la comida seca. Tengamos en cuenta que los felinos rechazan los sabores nuevos, por lo que la mejor forma para evitar problemas
digestivos consiste en ir introduciendo pequeñas porciones de la comida que queremos introducirle, junto con aquella a la que está habituado hasta que su paladar se acostumbre al nuevo alimento.
No debemos darle
Huesos. Se pueden astillar en su garganta y perforar
las paredes de su estómago e intestinos.
Exceso de leche. Frente a la creencia popular, no es
esencial para los gatitos destetados beber leche, siempre que mantenga una alimentación equilibrada. A la mayoría de los gatitos les puede gustar beber un poco, pero algunos son proclives a
padecer diarrea si se les da mucha.
Restos de comida. No debemos compartir con ellos
restos de nuestra comida por mucha gracia que nos haga, ya que, además de ser perjudicial, les podemos convertir en caprichosos.
Salud
Los principales signos que indican la salud de nuestro gatito son:
Ojos: En el gatito sano están brillantes y alerta,
pero se vuelven opacos y hundidos cuando el animalito está enfermo. Es importante vigilar cualquier inflamación o secreción ocular y consultar con el veterinario. El tercer párpado debe estar
en el margen interior del ojo, ya que si cubre su comisura es un signo evidente de que nuestro gatito no está bien. Hay que llevarle cuanto antes al especialista.
Orejas: Cualquier secreción o irritación indica la
presencia de algún problema auditivo. En los gatitos sanos suelen mantenerse limpias, de cualquier forma, debemos vigilar que sea así y si necesitamos limpiárselas nunca optar por los
bastoncitos de algodón. Es más indicado utilizar una gasa humedecida en agua tibia.
Nariz: Atención a cualquier secreción de una o de
las dos fosas nasales, sobre todo si es espesa y amarilla. Si la nariz de tu gatito deja de ser suave y pierde su color rosado comuniquémoslo al veterinario.
Boca: También debe mantener un ligero tono rosado,
con dientes y encías sanas, sin placas de sarro, inflamaciones o llagas. Las úlceras son bastante frecuentes en el caso de gripe felina. Si nuestro gatito tiene mal aliento, puede ser un
signo de enfermedad oral o problemas renales.
Piel: que esté libre de parásitos y sea flexible.
Cuando se presentan problemas de deshidratación, pierde su elasticidad. El pelaje debe estar brillante, suave y lustroso. Si se vuelve erizado o crespo es que algo puede estar
sucediendo
Ano: que esté libre de parásitos o inflamaciones. Si
el gatito tiene diarrea estará sucio o lastimado.
Es necesario vacunar regularmente a nuestro gatito aunque viva en un ambiente muy protegido y pensemos que no va a estar en contacto con otros animales. Es un grave error pensar que no necesita
medicina preventiva. Algunos virus y agentes patógenos se transmiten por el aire o indirectamente a través de objetos contaminados. El virus que causa el moquillo felino es muy resistente y puede
ser llevado a casa en la ropa o los zapatos. Además, si un gatito crece en un ambiente muy protegido, puede ocurrir que, en cuanto entre en contacto con la enfermedad siendo adulto, apenas tenga
defensa natural contra la infección. Lo habitual es que el veterinario le vacune contra la enfermedad respiratoria felina que puede deberse a varios agentes, pero las vacunas protegen contra los
más importantes. También es probable que el veterinario nos aconseje que le vacunemos contra la Enteritis Infecciosa, cuyos principales síntomas son graves vómitos y diarreas, un alto porcentaje
de los gatos que la contraen mueren. Seguramente también nos recomiende la vacunación contra la Leucemia Felina, que se considera como una especie de sida felino provocando que su cuerpo sea
incapaz de defenderse de las infecciones.
Parásitos
Parásitos internos: Se encuentran en el tracto digestivo del gatito y sólo se detectan si se analizan las heces. Con dos semanas de edad se suele empezar el tratamiento que hay que repetir cada
dos o tres semanas, siempre determinándolo el veterinario.
Gusanos planos. Son frecuentes, pero no entrañan
problemas en la salud del gatito, aunque no quiere decir que no los eliminemos. Los gatitos los suelen contraer cuando ingieren roedores o pulgas que los portan de forma larvaria. Podemos
prevenir el contagio si evitamos que salga de casa. De cualquier forma, es importante que vigilemos sus heces, así como el ano del gatito. Si encontramos pequeños segmentos blancos, debemos
consultar con el veterinario ya que existen sencillos tratamientos para acabar con ellos.
Gusanos redondos. Se transmiten de la madre al hijo,
aunque ésta haya sido desparasitada, durante el período de lactancia. Los síntomas que le producen son: pérdida de peso, debilidad, diarrea y presencia de moco en las heces, pero si la
infestación es moderada, probablemente ni siquiera presente síntomas.
Ancilostoma. También se transmite de la madre al
hijo durante la gestación y la lactancia. Además, se puede contagiar a través de las heces infectadas. Si nuestro gatito tiene este parásito sufrirá vómitos y diarreas, que además pueden
tener un aspecto alquitranado. Es importante que en este caso consultemos inmediatamente con el veterinario. Pero no debemos preocuparnos porque existen tratamientos que erradican este
problema.
Coccidios y toxoplasma. Los gatitos pueden verse
contagiados por este parásito que también vive en su intestino, al administrarle carne cruda o poco cocinada. Las heces se convierten en foco de infección, lo que es una razón más para que
extrememos la limpieza de su bandeja de arena. Utilicemos guantes siempre que lo hagamos, porque nos podría transmitir la enfermedad. Es especialmente delicado en el caso de las mujeres
embarazadas, de ahí que se recomiende que durante el período de gestación no sean ellas las que se ocupen de limpiar las heces del gato. Si nuestro gatito tiene este parásito, veremos que
sufre vómitos, diarrea, fiebre y pérdida de apetito. No debemos dudar en llevarle inmediatamente al veterinario.
Parásitos externos: Son los que viven en la piel del gatito. Es necesario examinarle continuamente para proceder a su eliminación. Los más habituales son:
Pulgas. Si vemos que nuestro gatito se rasca y
muerde constantemente, quizá tiene pulgas. Siempre que le cepillemos debemos fijarnos en si tiene puntitos rojos en su piel, como una especie de ronchas pequeñas, además podremos observar una
especie de puntitos negros en el pelo, sobre todo alrededor del cuello y del lomo, se trata de las heces de las pulgas. Debemos limpiar y desinfectar a fondo su cama y alfombras y es
aconsejable tirar la bolsa del aspirador una vez lo hayamos pasado por la casa. Hay innumerables productos contra estos parásitos, desde insecticidas en aerosol, champús, polvos y collares.
Es conveniente consultar con el veterinario cuál es el método más adecuado para prevenir que nuestro gatito las tenga.
Ácaros de las orejas. Son animales de ocho patas,
más pequeños que la cabeza de un alfiler que aparecen en las orejas del gatito provocándole irritación y cera negra y seca. Es una afección bastante habitual en el gatito y suele transmitirse
fácilmente de uno a otro. Si vemos que se rasca las orejas con frecuencia y sacude la cabeza, mirémosle y a la menor sospecha acudamos al veterinario.
Garrapatas y piojos. Si revisamos periódicamente al
gatito podremos detectar enseguida si tiene alguno de estos parásitos. Si encontramos una garrapata, lo mejor es extraerla enseguida. Hagámoslo con cuidado y cuando realicemos esta operación
pongámonos guantes y utilicemos una pinza. Lo que debemos hacer es sacar la cabeza, después desinfectar la zona con alcohol o agua oxigenada. Para acabar con los piojos utilicemos los
productos contra las pulgas recomendados para gatos.
Sarna. Se transmite con facilidad y es
laboriosa de curar, por lo que siempre tendremos que seguir con gran rigor las indicaciones de nuestro veterinario. La sarna produce lesiones en la piel y el pelo se le cae. Además, produce
escozor y picor por lo el animalito se rascará y frotará con frecuencia. Existen dos variedades fundamentales: la sarcóptica y la demodécica. En el primer caso, los ácaros depositan los
huevos en pequeñas cavidades que forman bajo la piel, mientras que en el segundo, se resguardan en el folículo piloso.
Tiña. Está causada por un hongo y se transmite con
facilidad a los humanos produciendo una protuberancia de color rojo en los brazos generalmente. Las señales en los gatitos suelen ser sutiles y se muestran como un pequeño parche carente de
pelo, pero puede darse el caso de que gatos portadores apenas presenten indicios.
Otros síntomas de enfermedad
Cómo detectar si nuestro gatito se encuentra enfermo. Debemos fijarnos siempre en los siguientes síntomas:
Se le cae mucho el pelo y no está lustroso.
No come nada absolutamente durante más de un día.
Problemas para respirar.
Se queja al andar y cojea.
Ya no juega, está retraído.
Vómitos repetidos acompañados o no de diarrea.
Está inquieto, se frota y rasca con demasiada frecuencia.
Sangre en las deposiciones.
Ojos rojos, lacrimosos, constipación durante más de 24 horas.
Se esconde y no se deja coger.
Se lame en exceso o, por el contrario, ya no se limpia.
Si le detectamos bultos que aumentan progresivamente.
Cómo darle medicación
Administrar un comprimido: Cogeremos con una mano su hocico y elevaremos su cabeza colocando los dedos índice y anular a
ambos lados de la boca, tiraremos suavemente de la mandíbula con la otra mano e introduciremos la pastilla al final de la lengua. Debemos mantener la cabeza del gato hacia atrás y masajearle
la garganta para que trague la pastilla.
Administrar medicación líquida: Sujetaremos la cabeza de forma similar e introducir con una pipeta el líquido. Después
también es aconsejable que masajeemos la garganta hasta que trague el medicamento.
Vendajes. Si el gatito sufre una herida sangrante, debemos cubrirla directamente con una gasa presionando para cortar la
hemorragia. Después, se sujeta el vendaje con un esparadrapo de forma que este firme para que no se mueva, pero teniendo cuidado porque no debe quedar oprimido. Una vez realizada esta labor,
hay que acudir inmediatamente al veterinario.
“Envolviendo al gatito en una toalla, dejando su cabeza libre, evitaremos que nos arañe”
La importancia del aseo
Peinar y cepillar: Esta es una de las tareas más importantes que debemos cumplir con nuestro gato. Debemos convertirlo en
una labor que nos sirva para transmitirle también nuestro cariño, en una forma de unirnos más a él. Si cumplimos puntualmente con ella, vamos a apreciar los beneficios, entre los que destaca
el hecho de que vamos a prevenir que vomite bolas de pelo ya que éstas no se le formarán. Es importante hacerlo con asiduidad y desde que es pequeñito, de esta forma nuestro gatito se
acostumbrará pronto a este ritual. Además, siempre le veremos limpio, aseado y lustroso. Los utensilios que necesitamos son un cepillo de cerdas suaves o medio, si es de pelo corto, y uno de
púas largas de metal, si es de pelo largo. En el primer caso, deberemos cepillarlo al menos dos veces por semana, pero si es de pelo largo es importante hacerlo todos los días.
El baño: No es imprescindible, ni aconsejable. Es más, los gatitos menores de seis meses son muy delicados por lo que no
debemos hacerlo a no ser que sea por una causa excepcional.
Cuidado dental: Alrededor de los cinco meses de edad comenzarán a salirle los dientes definitivos y perderá completamente
los de leche alrededor de los siete meses y medio. El gato adulto tiene en total 30 dientes. Para limpiárselos utilicemos una gasita impregnada con bicarbonato y agua y frotemos
suavemente.
Uñas: Si se considera que es imprescindible, debemos utilizar unas tijeras especiales y cortarle sólo las puntas, ya que
podríamos lastimarle la carne o provocarle astillamientos. Antes de cortárselas, es bueno consultar con el veterinario, nos enseñará a hacerlo de la manera más sencilla posible.
Gato adulto
Alimentación
Una vez que el gato es adulto y por lo tanto ya ha perdido sus dientes de leche, las comidas secas presentan numerosas ventajas: son higiénicas, ayudan a ejercitar los dientes del animal y además
si hay que dejarle solo durante un breve período de tiempo van a ser las más prácticas. De ahí que sea interesante que acostumbremos a tu gato a ingerirlos. Ahora bien, lo indicado es que se la
combinemos con otros productos enlatados para que tenga el paladar acostumbrado a distintas opciones.
Si le damos a menudo comidas secas tan sólo debemos tomar la precaución de que toma la suficiente cantidad de agua. También es cierto, por otra parte que la mayoría de los dueños de gatos no
saben en realidad qué cantidad de agua beben estos animales. Podemos comprobar que no es mucha y la razón se debe a que los gatos extraen de la comida el líquido que necesitan. De ahí que si se
alimentan fundamentalmente de comida seca, haya que controlar que la cantidad de agua que ingiere es suficiente.
Al menos un tercio de la dieta del gato debe estar compuesta por proteínas de origen animal, siendo la carne o los productos derivados de la misma los que conforman el alimento fundamental.
Frente a muchas creencias populares, no es esencial que los gatos beban leche y en muchas ocasiones poco recomendable.
Un exceso de hígado también puede resultar considerablemente nocivo ya que provoca en los gatos graves trastornos óseos. Asimismo, una dieta basada en pescado enlatado puede provocarles lo que se
conoce con el nombre de enfermedad de la grasa amarilla. Se trata de una dolorosa inflamación de los tejidos grasos provocada por la falta de vitamina E. El pescado crudo tampoco es muy
recomendable para los gatos ya que contiene una enzima que descompone la vitamina B1.
No hay que preocuparse si vemos que nuestro gato come hierba. Es una costumbre muy habitual en muchos gatos sanos. La Nepeta mussinii, llamada habitualmente hierba gatera, proporciona agradables
sensaciones a los gatos. Esta hierba contiene una sustancia química llamada nepetalactona que les resulta sumamente atractiva, en cierto modo les desinhibe y les vuelve más juguetones. Esta
hierba también se utiliza para impregnarla por ejemplo en el rascador del gato cuando es pequeño, con el fi n de enseñarle y acostumbrarle a utilizarlo.
Frecuencia con la que debemos alimentarle: Por lo general, los gatos regulan su propio peso, por lo que pronto vamos a ver
cuáles son sus necesidades diarias. Siempre es aconsejable no optar por recipientes que rebosan de alimento, sino ofrecerle raciones pequeñas. Una vez adulto podemos hacerlo una vez al día.
Es imprescindible leer las recomendaciones del producto, donde aparecen tablas de las raciones adecuadas para su edad y peso y así sabremos la cantidad exacta de comidas y raciones que
nuestro gato necesita, proporcionándole todos los nutrientes necesarios en una dieta equilibrada. No hay que acostumbrarle a tomar trocitos de nuestra comida ni convertirle en un adicto a
determinados alimentos, ya que lo que comienza como una muestra de cariño más tarde puede llegar a convertirse en un problema de salud.
Obesidad: Los expertos consideran que la obesidad se ha convertido en el problema más importante de salud y nutrición del
gato en los últimos años. Se calcula que entre un 20% y un 30% de los gatos adultos que viven como animales de compañía sufren de exceso de peso. Un gato gordo no implica, ni mucho menos, que
sea un gato contento. Por ello, debemos ser estrictos con la calidad y la cantidad de su comida. Se considera que un gato está obeso cuando mantiene un sobrepeso de más del 20% ó 30% de su
peso normal. Lo mejor para saber si nuestro gato tiene exceso de peso es que consultemos al veterinario. Ahora bien, generalizando se suele establecer que un gato adulto de tamaño medio tiene
un peso que varía entre los 3 y los 5 kilos. Estas cifras no son válidas en las razas pesadas. Las principales causas de la obesidad en el gato son el exceso de alimento y la inactividad,
aunque también puede deberse a alteraciones endocrinas, pero este es el factor de menor porcentaje en los casos que se presentan en la actualidad. El exceso de alimento está en la mayoría de
los casos, relacionado con la actitud de sus propietarios que les hacen adquirir vicios alimenticios. El otro factor importante que contribuye a la obesidad en el gato es su inactividad. A
menudo suele ocurrir que un gato que vive en una casa se vuelve comodón, se mueve poco, apenas sale y ello provoca que no queme lo que come. Por ello es de gran importancia que juguemos a
menudo con él lo que va a contribuir a aumentar la velocidad con la que digiere el alimento. La obesidad contribuye a que pueda sufrir alteraciones cardiocirculatorias, articulares,
predisposición al Síndrome Urológico Felino, diabetes y enfermedades hepáticas.
Salud
El veterinario va a continuar siendo una de las personas más importantes en la vida de nuestro gato. No hay que esperar a que pasen largos periodos de tiempo o a que nuestro gato contraiga una
enfermedad grave para ir a visitarle.
Aseo natural
Los rituales que establecimos cuando era pequeño deben mantenerse a lo largo de su vida. Especialmente los del aseo. Los gatos son animales a los que les gusta estar limpios, más aun si se les
hemos acostumbrado desde temprana edad.
Los gatos se acicalan con sus lametones constantemente por varios motivos:
Eliminar restos de suciedad y pelos
muertos.
Estimular las glándulas epidérmicas para que
segreguen una sustancia especial que les sirve para impermeabilizar en cierto grado el pelaje. Lamiéndose los gatos también consiguen esparcir esta secreción por el pelo.
Eliminar los nudos que se les pudiera producir en el
pelo.
Refrescarse cuando hace calor. Ellos no traspiran y
por lo tanto la evaporación de la saliva les produce cierto alivio.
Reducir los parásitos.
Efecto tranquilizador y relajante.
El hecho de que ellos cumplan cuidadosamente con el acicalamiento, no exime al dueño de que deba ocuparse del aseo de su gato. Al igual que cuando era pequeño, debemos peinarle habitualmente.
Para un gato adulto, el cepillado debe formar parte de su existencia como un hábito al que está más que acostumbrado. Y para el dueño del ejemplar debe ser una tarea que le mantenga unido al
animal, tan necesario como darle de comer y mantener limpios sus recipientes de agua y comida. Además, mediante el cepillado o peinado del pelo, podremos controlar si el gato ha adquirido algún
parasito como garrapatas y pulgas, por ejemplo.
Bolas de pelo
Un cepillado continuo de nuestro gato puede evitar que se formen bolas de pelo en el estomago y, por lo tanto, que sufra gastritis. Es importante que tengamos presente que a estos animales les
gusta permanecer limpios, por lo que ellos mismos se estarán acicalando constantemente. Si nosotros no les cepillamos, no retiraremos los pelos muertos de su pelaje. Por lo tanto, se los tragaran
y con el tiempo se le formaran las bolas de pelo que deberán expulsar. Las bolas de pelo están consideradas como la fundamental causa de la aparición de gastritis o inflamación del estómago en
los gatos. Si el animal tiene ganas de vomitar, desgana o pérdida de apetito puede que sufra este problema. En estos casos lo mejor es consultar con el veterinario, existen productos que les
ayudan a expulsar las bolas de pelo, facilitando el proceso digestivo.
Cuidados dentales
Es fundamental que nuestro gato mantenga sus dientes en buenas condiciones si queremos garantizar su calidad de vida durante muchos años. Aunque nuestro gato se alimente de comida seca, (que le
permite ejercitar los dientes y, en cierta medida, mantenerlos más limpios) con el tiempo se produce acumulación de sarro en los mismos. El sarro acumulado durante los años en los dientes del
gato provoca inflamación en las encías, que a su vez las retrae mostrando las cavidades donde quedan los restos de comida. Estas se convierten en lugares ideales para desarrollar infecciones que
pueden afectar a la raíz de los dientes del gato y si no se tratan a tiempo, finalizarán con la caída o la forzada extracción de los dientes del gato. Para evitar este problema, lo mejor es
garantizar que nuestro gato tiene los dientes limpios, y para ello muchos expertos aconsejan que seamos nosotros los que nos ocupemos de la tarea. Evidentemente, la única forma de conseguirlo con
éxito consiste en haberle acostumbrado a que efectuemos esta labor. Si nos hacemos con un gato adulto y no ha adquirido esta costumbre, probablemente no consigamos que nos deje limpiarle los
dientes. En este caso, en cuanto veamos acumulaciones de sarro, debemos acudir al veterinario. Él será capaz de efectuar una limpieza profesional sin problemas.
Los síntomas de los problemas dentales son: babeo excesivo, encías inflamadas, dientes rotos y pérdida de peso y de apetito
Afecciones más comunes
Aunque tu gato no tiene por qué padecerlas en ningún momento de su vida, éstas son las afecciones más comunes que se presentan en los gatos. Cierto conocimiento de ellas te pueden ayudar a
detectarlas enseguida.
Problemas auditivos. El oído es uno de los órganos más sensibles del gato. Es responsable de la audición y del equilibrio,
dos sentidos esenciales en este. El pabellón de la oreja del gato suele ser muy propenso a sufrir lesiones bien sea por peleas o auto infligidas por padecer un problema auditivo que le induce
a rascarse con fuerza. Si se produce una hemorragia lo mejor es acudir inmediatamente al veterinario, ya que la sangre se puede acumular en el interior, secándose y produciendo una irritación
continua. Los gatos también son propensos a sufrir otitis externas cuyo origen se debe en muchos casos a irritaciones debidas a los ácaros del oído. Principales síntomas que hay que buscar
son:
Irritación. El gato se rasca o sacude la cabeza.
Inflamación. Enrojecimiento de la piel que rodea la parte superior de la oreja.
Secreción. Puede ser marrón, amarilla, negruzca e incluso verde.
Olor. Este tipo de afecciones deben ser tratadas cuanto antes por el veterinario. No debemos descuidarnos y aplicar el
tratamiento completo los días que considere el veterinario, aunque veamos que el gato mejora antes.
Problemas urinarios. También son frecuentes en los gatos, por lo que es importante saber determinar cuando el animal tiene
problemas al orinar y acudir al veterinario para que ataje la afección cuanto antes. El más común es la inflamación de la vejiga o cistitis. Por lo general, tiene lugar cuando se produce
acumulación de arenilla en la vejiga y la uretra lo que provoca inflamación en el interior de la vejiga. En los machos, esta afección es más molesta que en las hembras ya que su uretra es más
estrecha y por lo tanto se producen mayores obstrucciones en el flujo de la orina. Se acentúa si el gato macho además sufre exceso de peso y bebe poco agua. La forma de reconocerla es cuando
se observa que el gato tiende a orinar con gran frecuencia, esforzándose mucho para expulsar apenas unas gotas, a menudo con sangre. En cuanto se detecta hay que acudir al veterinario que
impondrá un tratamiento adecuado.
Diarrea. Puede producirse por múltiples causas, desde por parásitos como lombrices intestinales aunque esta causa es más
habitual en los gatitos, hasta por una enfermedad subyacente en otro órgano del cuerpo como los riñones o el hígado. Sin embargo, la diarrea también se puede presentar por una infección así
como por la alimentación que se suministra al gato.
Chequeos periódicos caseros
Es importante saber que un gato puede mostrar pocos síntomas de una enfermedad en las primeras etapas de la misma, por ello es importante que le examinemos periódicamente como medida preventiva o
con el fi n de evitar que una enfermedad avance.
Ano. Debemos vigilar el lamido constante de los genitales, la dificultad para orinar y la diarrea .
Pelo. Atención a las caídas, calvas, decoloración de la piel y, por supuesto, a la aparición de parásitos.
Orejas. Hay que poner especial cuidado al examinarlas si nuestro gato se las rasca y restriega constantemente, detecta
inflamación y supuración oscura.
Ojos. Es importante llevar al gato al veterinario si supuran, se inflaman los párpados, o aparece el tercer párpado o
membrana que permanece plegada en la comisura interior de ojo y se muestra cuando el gato está enfermo o con muchos parásitos.
Boca. Si pierde su color rosado es que algo ocurre. Además es importante vigilar el estado de los dientes.
Nariz. No debemos descuidarnos si moquea constantemente o nuestro gato presenta respiración dificultosa.
Comportamiento
Comunicación
Uno de los rasgos que definen a los gatos respecto a otros animales es el grado de comunicación que podemos establecer con ellos. Conociendo algunos de sus rasgos es fácil saber cómo se
encuentran o aquello que quieren decirnos.
Pupilas. Si nuestro gato está enojado, siente miedo o simplemente ante la excitación sexual, las pupilas de sus ojos se
dilatan.
Parpadeos. Si parpadea lenta y prolongadamente nos estará transmitiendo que se encuentra bien, satisfecho y tranquilo. Este
movimiento puede utilizarlo también como saludo.
Orejas. Si están firmes es que está alerta, si además adoptan ligeramente una forma de trompeta es que está intentando
captar cualquier sonido. Cuando está enojado o asustado, las pega mucho a la cabeza.
Cola. Los movimientos de la cola también dicen mucho de su estado. La estira hacia arriba cuando está contento o en alerta,
tuerce la punta cuando está irritado y la paraliza y la infla cuando está enojado.
Bigotes. Son tremendamente sensibles al tacto. Los suelen utilizar para establecer un primer contacto con un posible amigo.
Tras el roce con los bigotes, suele continuar el roce del lomo, el restregamiento de los costados.
Pelo. Está controlado por el sistema nervioso. Cuando el animal se enoja y produce adrenalina se eriza, reacción que va
unida a un arqueamiento del lomo. Este movimiento tiene la finalidad de hacerle parecer lo más grande posible y de esta forma intentar atemorizar a sus enemigos.
Sonidos. Los gatos también expresan una rica gama de sonidos que les permite indicarnos lo que quieren, desde conceptos
como comida, decir no o pedir socorro.
Sentidos más desarrollados
Olfato: Si observamos a nuestro gato podremos ver que cuenta con un sentido del olfato muy desarrollado que les sirve para
reconocer enseguida su territorio. Además, nuestro gato tiene unas glándulas odoríferas muy específicas y probablemente nos resultará curioso saber que cuando se restriega contra nosotros,
además de una muestra de cariño, lo que está haciendo sobre todo es marcar su territorio.
Equilibrio. Si el gato está acostumbrado a vivir en nuestra casa, probablemente habremos observado que se mueve con
absoluta soltura, sigilo y destreza sin producir apenas alteraciones y eso se debe a su extraordinario equilibrio. Control que combinado con su gran sensibilidad hacia la orientación le
permite reaccionar ante cualquier estímulo de una forma instantánea. El centro del equilibrio y de la orientación en el gato se encuentra en el aparato vestibular situado en el oído interno.
Si se producen infecciones en esta zona, se verá afectada la audición y el equilibrio, malestar que el gato manifestará inclinando la cabeza y avanzando en círculos.
Oído. Es extremadamente sensible y mucho más agudo que el oído humano. Los gatos son capaces de adaptar los pabellones
auditivos de sus orejas a las formas más convenientes para captar mejor los sonidos.
Vista. También está muy desarrollada en los gatos. Gracias a su pupila, que cambia de tamaño y forma, regulan la cantidad
de luz que entra en el ojo. Cuando la dilata es que hay poca luz, si la contrae es que la luz es excesiva. Los cambios de la pupila también denotan el estado de ánimo del gato, así como la
excitación sexual.
Juegos
Un gato adulto no suele ser tan juguetón como cuando era gatito, sin embargo, esta actividad aun continua siendo algo esencial en su existencia, especialmente si es un gato doméstico y no sale
mucho de casa. Los juegos se convierten, en estas circunstancias, en su principal actividad y como tal es importante que los fomentemos y que les dediquemos una parte de nuestro tiempo. Además,
si no jugamos con nuestro gato, nuestra relación con él se irá empobreciendo con el tiempo. Es importante que aunque el gato sea adulto cuente con sus propios juguetes como cuando era pequeño.
Les gusta maniobrar con objetos utilizando las almohadillas sensibles de sus manos y sirviéndose de la enorme elasticidad de sus miembros delanteros. Ahora bien, evita los objetos demasiado
pequeños debido al peligro de que se los trague y se pueda ahogar, así como los hilos y la lana. Les gusta especialmente jugar con ellos pero pueden resultar peligrosos.
También debemos cuidar el tipo de juego que le gusta practicar al gato. Si es agresivo y despliega las garras o llega a mordernos hay que indicarle con firmeza que esta conducta no es la
adecuada. Es eficaz ignorarle ya que les gusta ser el centro de atención. Cuando haya transcurrido un rato podremos volver a jugar con él y hablarle en voz dulce. Si volviera a repetir la
actitud, deberemos hablarle una vez más con voz firme e ignorarle, abandonando el juego.
Viajar con el gato
Debemos hacernos con una cesta de transporte homologada. Si viajamos en avión, autobús o tren, probablemente nos la
requerirán.
Si viajamos en nuestro propio coche, también es importante que llevemos al gato en una cesta grande y fuerte cuyo fondo
debe ir bastante cubierto con papel de periódico. Es muy importante que nuestro gato vaya bien sujeto, ya que en caso contrario se puede convertir en una peligrosa distracción para el
conductor.
No debemos alimentar al gato antes de salir. Ahora bien, es necesario que le demos agua fresca durante el viaje. Es también
importante que no le dejemos solo en el coche sin ventilación. Puede deshidratarse.
Gran parte de los veterinarios no están de acuerdo en sedar a los gatos si tienen que viajar, ya que a veces estos
productos tienen efectos poco controlables en estos animales. Sin embargo, si optamos por sedarle, es mejor que le administremos el producto unos días antes de realizar el viaje. De esta
forma, sabremos como lo acepta.
Si viajamos al extranjero, es prudente informarnos de las vacunas que se exigen en el país al que vamos. Además debemos
llevar la cartilla o certificados de vacunaciones de nuestro gato al día.
Problemas en casa o en el jardín
Si no queremos que se presenten problemas de convivencia en el hogar, debemos tomar algunas precauciones:
No utiliza la bandeja de arena. Si el gato se resiste a usarla, hay que llevarle a ésta siempre que sospechemos que está
dando vueltas y buscando un lugar adecuado. Si no conseguimos acostumbrarle no hay que regañarle, especialmente si se encuentra en la bandeja, ya que si no va a asociarla a algo desagradable.
Suele ser útil darle de comer en aquellos lugares que habitualmente tiende a ensuciar, probablemente pronto abandonará el hábito. Si nada de esto sirve, es también muy útil utilizar una
pistola de agua. Si se le pulveriza un poco, evitando dirigírsela a los ojos, les suele disuadir de hacerlo fuera de la bandeja. La pistola de agua suele ser también útil como última
alternativa para enseñarle al gato a no arañar muebles.
Mordisquear las plantas. Otro de los hábitos que puede adquirir un gato en una casa es el de mordisquear las plantas, lo
que puede ser peligroso ya que algunas plantas comunes son venenosas para el animal. Un método para evitarlo es que las plantas pequeñas se coloquen fuera del alcance del gato y cubrir las
grandes hasta que pierda esta costumbre. Ayuda bastante si le ponemos una planta de hierba gatera que le resultará sumamente atractiva.
Se cuelga de las cortinas. Este suele ser un hábito propio de los gatitos y es precisamente a temprana edad cuando hay que
erradicarlo. Si no ha sido así, no debemos desistir, debemos hacerle entender que no está bien lo que hace mediante un ‘No’ firme o en última instancia con la pistola de agua. Tengamos
paciencia, pronto entenderá la orden que le estamos dando.
Rasca los muebles o el sofá. Como en el caso anterior, este es un hábito que debería haber desaparecido ya en el gatito. Si
nuestro gato lo repite una vez adulto, no debemos permitirlo. Es aconsejable emplear un tono firme de voz o la pistola de agua y reprenderle en el momento justo en el que ha hecho la
fechoría. En este caso tenemos que asegurarnos también de que tiene a mano su rascador. Además podemos impedirle el acceso durante una temporada a la habitación donde ha adquirido esa
costumbre. Con el tiempo desistirá de este comportamiento
Al igual que el hogar, el jardín se puede convertir para nuestro gato en un lugar a explorar, pero también en un centro de peligros o simplemente en un ambiente donde cometer pequeños destrozos.
Con unos mínimos cuidados también podemos evitar estas situaciones.
Mordisquea plantas. Lo peor es que se incline por mordisquear plantas que pueden ser nocivas para su salud. Es importante
pues que nos informemos y nos hagamos con una lista de cuáles son para evitar tenerlas. Nuestro veterinario nos la facilitará sin ninguna duda. Entre las plantas más peligrosas para los gatos
se encuentran las siguientes: Lirio, Hiedra, Centaura, Ave del paraíso, Rosa de Navidad, Laburno, Dedalera, Tejo.
Si tenemos plantas que no son peligrosas pero que el gato mordisquea y no nos gusta esta costumbre, suele ser muy práctico
que le pongamos una maceta con hierba gatera. Rápidamente, el gato se inclinará por este manjar, abandonando las otras opciones que le proporciona el jardín.
Caza pájaros. En el caso de que se incline por cazar pájaros, una de las medidas más aconsejables es ponerle un collar con
un cascabel. Ahora bien, si el gato tiene la costumbre, va a ser difícil quitársela. Hasta en los gatos mejor alimentados se puede manifestar su instinto cazador y realizar esta tarea
simplemente por diversión, actividad que ejercitará siempre que le sea posible.
El gato anciano
Un gato bien cuidado supera los 20 años de edad en condiciones muy óptimas.
Hay gatos que a partir de los 10 o 12 años ya muestran signos de vejez, mientras que otros, a los 16, siguen siendo tan juguetones como cuando eran pequeños. De cualquier forma, es aconsejable
que a partir de los 10 o 12 años de edad le llevemos una a dos veces al año al veterinario, ya que gracias a estas revisiones podremos tener conocimiento de si manifiesta cualquier problema
propio de esta edad.
Alimentación
Lo más probable es que una vez que envejecen sean aún más exquisitos. De cualquier forma, ahora más que nunca debemos cuidar los alimentos que le damos. Sólo debemos darle alimentos específi cos
de buena calidad y es mejor que no le proporcionemos sobras de nuestros alimentos. Es muy probable que a medida que envejece, el gato coma menos. No hay que alarmarse por ello, a no ser que
experimente pérdidas excesivas de peso.
Probablemente también comerá con más frecuencia, por lo que debemos estar atentos a proporcionarles esas pequeñas raciones cuando lo requiera. Puede ocurrir que al verle todos los días, nosotros
no detectemos bien las pérdidas de peso, por ello es recomendable que llevemos un registro cada dos o tres meses, pesándolo nosotros mismos y anotando los resultados.
Cuidados especiales
En primer lugar, debemos preocuparnos de que nuestro gato cuente con una buena provisión de agua, pues los gatos ancianos
suelen beber más que cuando eran jóvenes.
Debemos vigilar más su aseo, pues ya les va a costar hacerlo por sí solos.
Van a tener más problemas para librarse de las bolas de pelo.
Debemos poner un especial cuidado en el estado de sus uñas. Los gatos ancianos no suelen desgastarlas demasiado por lo que
pueden crecer en exceso, curvándose hacia adentro y, si no hemos cuidado este aspecto, con el tiempo podrían hincarse dentro de las patas. Si las vemos demasiado largas habrá que cortarlas y
para ello, si no nos vemos con la suficiente destreza, lo mejor es no intentarlo y acudir al veterinario.
Hay que vigilar también el estado de los dientes y evitar que se acumule el sarro y se produzca por lo tanto inflamación de
las encías.
Debemos prestar especial atención a su lugar de descanso. La cama tiene que ser caliente y estar en un lugar donde no haya
corrientes de aire.
Por último, y a medida que tenga más edad, podemos verle más torpe y que disminuye su capacidad auditiva y visual. En estos casos tengamos paciencia, si el gato está sano a pesar de que haya
perdido sus capacidades juveniles todavía puede proporcionarnos cariño y momentos agradables.
Salud: Problemas más comunes
Diabetes: puede provocar un importante aumento de la sed en los gatos y muchas veces se detecta por el olor a acetona de su
aliento y porque en un principio aumenta de peso pero después lo pierde significativamente. Llevarlo al veterinario. El tratamiento a seguir suele basarse en un cambio en la dieta y
periódicas inyecciones de insulina.
Hipertiroidismo. Esta afección es una de las causas más frecuentes de pérdidas de peso y aumento de la sed de forma
significativa en el gato anciano. Se debe a un pequeño tumor que se produce en la glándula tiroides, y a pesar de no ser cancerígeno, sí estimula la segregación de esta hormona en exceso.
Cuando el gato la padece, suele presentarse un apetito voraz y diarrea. Probablemente nuestro gato también esté nervioso y demasiado activo. Se suele tratar con fármacos y mediante cirugía.
El veterinario es el que mejor te aconsejará.
Cataratas. Esta es una de las afecciones más comunes en los gatos mayores. Lo más habitual es que comience con una pequeña
nebulosa que vaya progresando a medida que el gato envejezca y no llegue a producir ceguera hasta edades muy avanzadas. Por lo general, el gato se va acostumbrando a esta pérdida progresiva
de visión. Se adapta bien a ella y no requiere que se elimine la catarata. De cualquier forma, es muy aconsejable hablar con el veterinario.
Incontinencia. A pesar de que nuestro gato haya sido un animal muy limpio y siempre haya hecho sus necesidades en su
bandeja, puede ocurrir que cuando es anciano este comportamiento sufra variaciones. No es infrecuente que se dé este problema y según los expertos las razones que originan esta incontinencia
se deben a una infección urinaria o renal, lo que implica una evaluación del veterinario. También puede tratarse de pereza, es decir, nuestro gato es menos activo, más comodón y no ha ido
hasta su bandeja, lo que nos obligará a adiestrarlo de nuevo, tal y como hicimos cuando llegó a casa. O simplemente puede deberse a un síntoma propio de su edad, es decir por la propia
senilidad del animal. En este caso, habrá que tener paciencia y quizá poner más recipientes en la casa. Lo mejor es consultarlo con el veterinario, ya que si nuestro gato se encuentra en esta
situación, probablemente su estado no goce de las mejores condiciones.
Problemas dentales. Como ya hemos señalado, el sarro es el gran enemigo de la dentadura de nuestro gato. Y precisamente, al
igual que ocurre con las personas, para estos animales, llegar a viejos con una dentadura sana va a determinar claramente su calidad de vida. Al fin y al cabo nosotros tenemos la posibilidad
de los implantes y dentaduras postizas, pero nuestro gato no. De ahí que debamos cuidar su boca desde pequeños, pero especialmente cuando sabemos que nuestro gato ha entrado en años. El sarro
inflama las encías lo que facilita que las infecciones ataquen las raíces de los dientes, aflojándolos hasta que incluso se caigan, produciendo por otra parte dolores al animal. Hay que
limpiar las acumulaciones de sarro en los dientes y poner los medios para que aparezca lo menos posible. Por ejemplo, la comida seca los ejercita y contribuye a aminorar el ritmo de
acumulación de sarro en la dentadura de nuestro gato.
Calendario de vacunación
Quienes mejor nos puede aconsejar la pauta vacunal de tu gato es el veterinario, ya que analizará las características individuales de cada gato y escogerá la que más lo proteja.