Reabsorción dental Felina
Las lesiones de reabsorción dental que acontecen en felinos, anteriormente denominada lesión odontoclástica reabsortiva felina (FORL) y también conocida como “lesión neck” o “falsa caries felina”, representa una de las patologías más frecuentes en gatos domésticos, a pesar de que frecuentemente esté infradiagnosticada. Se define como una destrucción de tejido dental duro asociado a la activación de las células odontoclásticas en estos animales.
Estas lesiones se manifiestan como una destrucción dental (interna o externa), que afecta con mayor frecuencia a la unión cemento-esmalte y las regiones apicales. Las lesiones externas pueden ser difíciles de identificar debido a que en ocasiones están cubiertas por encía o cálculo dental. Cuando estas lesiones progresan, a menudo van asociadas a inflamación gingival, sangrado o hiperplasia.
La causa por la cual se desarrollan es actualmente desconocida; y la patogenia de esta enfermedad es controvertida. Algunos autores argumentan que existen determinados factores que pueden influir en su desarrollo, como son la inflamación oral crónica, gingivitis y enfermedad periodontal, enfermedades metabólicas y endocrinas, acidosis sistémica, elevados niveles de vitamina D en suero, la regulación del calcio, hipoxia local, baja densidad específica urinaria, enfermedades víricas, alteraciones anatómicas, traumatismos y alteraciones nutricionales.
La incidencia de esta patología aumenta con la edad y es el tercer premolar mandibular, tanto izquierdo como derecho, la pieza dental más afectada (correspondientes con 307 y 407 en el sistema de Triadan modificado).
Los gatos con lesiones reabsortivas y sintomatología clínica suelen presentar halitosis, disfagia, anorexia, deshidratación, pérdida de peso, letargia y malestar, aunque estos síntomas no son patognomónicos de esta enfermedad dental. También podemos observar que agitan la cabeza, tienen estornudos, y movimientos excesivos de la lengua. En ocasiones muestran movimientos espontáneos y repetitivos de la mandíbula al comer, beber o acicalarse.
Las lesiones reabsortivas son dolorosas como consecuencia de la exposición de los túbulos dentinarios y de la afección de la pulpa dental. En los casos en los que las lesiones son subgingivales o están cubiertas por encía o tejido de granulación, no se expone la dentina a aire o gradientes de presión y suelen ser asintomáticas.
En los pacientes sintomáticos se puede observar que se les cae la comida de la boca mientras se alimentan, evitan comer comida dura y, en algunos casos, incluso podemos observar signos de agresividad.
El diagnóstico de esta patología se lleva a cabo mediante la observación de los signos clínicos característicos, el examen oral bajo anestesia y los signos radiológicos.
El Colegio Americano de Odontología Veterinaria (AVDC) clasifica las reabsorciones dentales de dos formas: la primera está basada en la gravedad y localización de la reabsorción, la segunda según las imágenes radiográficas.
El tratamiento es diferente según la clase y tipo de lesión reabsortiva que se presenta en cada caso. El tratamiento de elección es la extracción dental, ya que el desconocimiento de la etiología y el carácter progresivo de las lesiones reabsortivas hacen que los tratamientos conservadores, aplicados en a los estadios iniciales de la lesión (clase 1 y clase 2) y basados en el uso de resinas, sea desalentador y requiera de controles radiográficos para evaluar la evolución de la lesión.
Existe una tercera alternativa de tratamiento en los casos en los que las raíces dentales estén anquilosadas y las extracciones sean complejas. En estos casos, según publicaciones recientes, estaría indicada la amputación coronal (clase 2 a 4 tipo 2 según la clasificación del AVDC), siempre y cuando el diente afectado no presente signos de enfermedad periodontal o gingivoestomatitis felina y no sean pacientes portadores de retrovirus (FelV, FiV).
La amputación coronal estaría desaconsejada en los casos en que radiológicamente se observen alteraciones compatibles con patologías apicales o periapicales. Este tipo de técnica es menos traumática y más rápida, pero requiere controles radiológicos en los que se aprecie que continua el proceso de reabsorción y no aparecen patologías asociadas. Existen estudios en los que se ha observado que el proceso de reabsorción y reemplazamiento por tejido óseo continúa hasta 3 años después de la amputación coronal.
En todo paciente, se debe realizar un correcto diagnóstico de las patologías que afectan a la cavidad oral felina, basado en un examen minucioso de la cavidad oral preliminar y bajo sedación, junto con un estudio radiológico dental completo. Con mucha frecuencia, las lesiones supra gingivales no son más que la punta del iceberg, ya que tan solo nos muestran una pequeña parte de los cambios patológicos que pueden estar afectando al diente. Algunas lesiones pueden afectar la zona subgingival del diente y solo pueden ser detectadas mediante un estudio radiológico dental. Realizar un estudio radiológico completo, haya, o no, signos clínicos, puede ayudarnos a diagnosticar reabsorciones dentales y prevenir sus consecuencias antes de que haya afección de la cámara pulpar y sintomatología evidente.
Al menos un tercio de la población felina desarrollará a lo largo de su vida lesiones reabsortivas, aumentando esta posibilidad con la edad. Debido a que la prevalencia es significativa y la etiología desconocida, tan solo podemos controlar los posibles factores que la pueden predisponer y realizar diagnósticos tempranos para evitar las consecuencias que conlleva una clase avanzada de lesión reabsortiva.
Bibliografía: Diagnóstico y tratamiento de la reabsorción dental felina. A propósito de un caso clínico.
Autor: P. Castelló